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Los Blasco Gamarra

 Blasco Gamarra 


Mi madre se llama María Antonia Gamarra Muzas  aunque en su familia la llamaban Toña o “la gemela”; sin embargo,  mi padre siempre se ha referido a ella como María Antonia, quizás por resultar más sonoro y melodioso. 


 La imagino como niña muy inocente que su mayor trastada era hacerle pequeñas sisas a mi  abuela al hacer la compra para ir al cine con su novio, mi futuro padre. Fue José Luis, su primer y único amor. Estudió en el colegio pero no hizo estudios superiores.  Hizo un curso de corte y confección.



Mi padre que se llama José Luis Blasco Urreaga,  vivía en Pamplona, en la Plaza del Castillo.  Pese a que mi abuelo quería que fuera militar, decidió estudiar la carrera de Perito Industrial que por entonces se estudiaba en Logroño.


Debía ser un chico formal. Le llamaban “El dandy”. Estaba en una residencia estudiantil. En la


universidad perteneció a la tuna y tocaba la guitarra. Solían hacer rondas a las chicas y cantaban en la calle, las invitaban a una copa o les daban algo de picoteo.  Por aquel entonces,  compuso una canción dedicada a mi madre con su guitarra, y todavía hoy, sesenta años después, algunas tardes de verano, saca su guitarra y se la canta.





  • Llegamos a la época en la que se conocieron mis padres, en diciembre de 1958.  (3 de diciembre de 1958)


Mi bisabuela Lola, hija de Salustiano, acababa de morir en Logroño. Murió el 31 de diciembre de 1958.

Dicen de ella que fue una mujer afable y muy  rezadora. Mi madre cuenta que cuando eran niños y su abuela estaba en Logroño, su madre les mandaba a rezar el rosario con su abuela Lola.  


 Yo tengo una imagen diferente, por su forma de actuar y por la idiosincrasia  de la sociedad en aquella época. Me la imagino un poco estirada y aristocrática; como si perteneciera a la realeza y acostumbrada a ciertas costumbres que seguía manteniendo aunque su situación económica fuese disminuyendo.


  • Tras este paréntesis, continuaré con la historia de cómo se conocieron mis padres.


El 3 de diciembre de 1958, se celebró en el hogar Navarro de Logroño una fiesta para celebrar el patrón de Navarra: San Francisco Javier. Mi padre recuerda ir con  varias copas de más, pero en aquella fiesta le echo un vistazo a mi madre que estaba completamente serena. 


Una amiga suya que tenía un novio de Pamplona y que casualmente, era amigo de mi padre se lo presentó aunque según mi madre, no le hizo ni caso. 



El 14 de febrero de 1959  fueron presentados porque habían ido de excursión a la nieve, a esquiar, al puerto de Piqueras. 

José Luis tenía una amiga  especial en Pamplona, pero en vacaciones de Semana Santa, dejó las cosas claras a la chica de Pamplona puesto que había conocido a otra que le gustaba más (mi madre).


 Y es que María Antonia le había dicho que a lo mejor se iba a ir a Madrid por mucho tiempo; así que José Luis se vio presionado  a actuar si quería salir con ella. Se declaró el quince de mayo cerca de la fábrica Orive.

   








Tras un largo noviazgo de siete años, por fin  se casaron en Logroño el 17 de julio de 1967 en la iglesia de los Padres Corazonistas.




Después del viaje de novios a Palma de Mallorca, alquilaron una casa en San Adrián (Navarra) porque José Luis trabajaba como jefe de talleres  en una conservera de allá: Industrias Muerza. 

El 13 de  abril de 1968 nació su primer hijo; Jorge.  


Mi abuela Pilar le dijo  a mi madre que le pagaba el hospital en Logroño, pero mi padre dijo que no; que él no había tenido el privilegio de nacer en Pamplona pero que todos sus hijos iban a nacer allá, en Pamplona. Así que cogió a mi madre y se la trajo a Pamplona en donde vivían mis abuelos.

Jorge era un bebe muy guapo y todo el mundo al verlo decían: ¡Ay qué niña más guapa! Y mi hermano contestaba todo indignado: ¡Que soy Jorge!




Mi hermana Virginia no se hizo esperar y el  5 de septiembre de 1969, hizo su aparición. También en Pamplona, por supuesto.  Era una niña con mucho carácter que no se dejaba doblegar por nada ni por nadie. 

Tras cuatro años en San Adrián, fueron a vivir a Burlada en el extrarradio de Pamplona, a causa de un nuevo trabajo de José Luis. 


Fue seguida por otro chico que nació el 17 de marzo de 1971 y que se llamaba José Félix. Uña y carne con su hermana Virginia. No dejaba títere con cabeza. En Logroño, sus primos y su abuela, le apodaban "el tigre". 




Nos dejó en 2011 con cuarenta años. Había sido diagnosticado  de Ataxia de Friedreich en 1982 a la vez que yo.

 

La cuarta hija fui yo, y me pusieron por nombre María Belén pues me esperaban para diciembre, antes de navidad. Mi madre estaba preocupada porque no iba a dar abasto y por la situación económica pero José Luis la consoló diciendo que todo se arreglaría y que el bebé vendría con un pan debajo del brazo.


Finalmente, hice mi entrada al mundo, un 4 de enero de 1973, tras tres intentonas.  

Compraron una casa muy vieja en Larrasoaña con la intención de reconstruirla para que la familia pudiera disfrutar de un entorno rural. 

Se convirtió en un grandísimo acierto del que estoy tremendamente agradecida porque sin él no sería la persona que soy. 

Mi padre encontró a los dos años un nuevo trabajo. Auditor de la zona norte en Ford España, para formarse tenía que hacer un curso de seis meses en Alemania, y allá se fue, a Colonia. Fue una dura decisión pues aunque cobraba un sueldo y podía mantener a su familia,  dejaba a su mujer y a cuatro niños: sus hijos en un momento crucial. Todos pequeños: el mayor ocho años. 

En 1977 se decidieron a comprar un piso a estrenar en Pamplona, en un nuevo barrio que por entonces, se estaba formando: Iturrama.


Parecía ya que yo  iba a ser la última hija, cuando mi madre se quedó embarazada de mi hermana Beatriz, que se convirtió en el juguete de todos. Nació el 14 de junio de 1979.

De ella recuerdo muchísimas cosas porque ella ha sido la hermana con la que más he jugado. Estudió  Estética y abrió un negocio en la Rotxapea. 






La saga continúa porque tengo cinco sobrinos, tres chicas  de mi hermano Jorge y  de su esposa Marta: Garazi, Zuriñe y Uxue,  y otros dos, de Beatriz y de Pablo, su marido: Oinatz e Izadi. 

Garazi y su marido Javier  en estos momentos esperan un bebé.




6 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho el resumen. No sabia muchas cosas que cuentas. Un beso de tu primo Javier de Logroño

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  2. María, que estupenda familia! Me ha encantado conocer un poco mejor a esos padres tan maravillosos que tienes, a los que no olvido y envio un fuerte abrazo junto con "el achuchon" que te doy a ti potxola.

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  3. ¿Qué estupendos!
    recuerdos a toda la familia. un abrazo María.

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  4. Hola Maria, me acuerdo de vosotros, cuando vuestro padre, se fue a Alemania, estuve con tu tía M.Dolores, en la residencia de escolapias de Abarzuza, de cuidadora de Jorge, Virginia, José Félix y tu. Lo he recordado hoy, con tu tía, en el 75 aniversario de Escolapias de Soria. Erais muy buenos y me acuerdo de tu mamá, Maria Antonia, también muy buena. Es un recuerdo inolvidable. Un abrazo

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