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Salustiano Orive Oteo, la estrella.

 Como os iba diciendo en la entrada anterior, el personaje estrella de la novela y del blog, no es otro que D. Salustiano Orive Oteo, el hombre que escribió el famoso testamento e inventó el mundialmente conocido, Licor del Polo, entre otras cosas.

Y digo entre otras cosas  porque además de eso, se dedicó a varias ocupaciones y destacó en diferente facetas como: farmacéutico, laboratorios Orive, ferviente militante republicano federal, ingenioso publicista, formó la Sociedad Policlínica de Bilbao, accionista en la minería y en las vías de ferrocarril estrecho, poseía en Erandio una granja avícola, de ganado vacuno, de cerda y agrícola, fue miembro de la Junta Provincial de Sanidad de Vizcaya, abrió un balneario al  lado de su farmacia con lujosas bañeras para la higiene de los bilbaínos, activo comerciante que protagonizó alguna revuelta entre los vendedores y negociantes del botxo. Cuando Salustiano volvió de Madrid en 1904, aparece empadronado en Erandio; solo él, ni su mujer ni sus hijas, porque se supone que vivían separados. 


Destaca también su postura antimonárquica además de su antireligiosidad. 

Era un entusiasta de las ferias y exposiciones. No desperdiciaba la oportunidad para hacer su marca cada vez más exitosa. Ganaba medallas en muchas de ellas.

Medallas de las exposiciones.
En cierta ocasión, la colonia Orive fue premiada, en la Exposición Famacéutica de Madrid (1882), celebrada en el Jardín Botánico, demostración por la que fue felicitado por el rey Alfonso XII, para felicitarle por su producto y por la original ocurrencia de instalar en el pabellón, una fuente que manaba agua de colonia Orive y perfumaba toda la sala. Se presentó al rey y le dijo que él era Salustiano de Orive, fiel y entusiasta militante republicano federal.

Ambiente en la 
exposición de Viena
Anteriormente había optado por exhibir su producto en diversos certámenes con buenos resultados. En 1871 lo presentó en la Exposición Regional de Valladolid y obtuvo una mención honorífica. En 1873 obtuvo un premio al mérito en la Exposición Nacional celebrada en Madrid. Viajó también a Viena, donde le concedieron el ‘Gran Diploma al Mérito Reconocido’. En 1876, en León, obtuvo una medalla de bronce como reconocimiento por todos sus productos.

Locomotora Orive.

Si lo buscamos en Internet, encontraremos bastantes artículos y estudios que se refieren a él y es que marcó un antes y después en España en el siglo XIX, sobre todo en el mundo de la publicidad.
Nació en 1842 y fue el séptimo hijo de una  humilde pareja de labradores riojanos, de  Briones. Se casó en Bilbao, con una  adinerada heredera que curiosamente,  había  nacido en Briones. 

No imagino como se concertó el matrimonio, lo que sí tengo claro es que Salustiano hizo buen uso de la dote que acompañaba a Vicenta Ontiveros Torre,  su esposa,  utilizándola solo para producir. El matrimonio debió ser impulsado por su nuera Doña Vicenta Torre Aldecoa, rica heredera también. 

   
Vicenta Ontiveros.
Abrió su farmacia en 1870 en la calle Ascao de Bilbao, y vendiendo frascos de  Licor del Polo, en la misma farmacia comenzó su aventura empresarial.

Hoy en día, la farmacia ya no existe; cerró 1960 a manos de su  nieto Julio Orive Díaz pero debió ser algo sobrecogedor el entrar a esa farmacia y sentirse transportada al mundo al arábigo de Al-Andalus,o a la mezquita de Granada. 

Farmacia Orive de la 
calle Ascao en Bilbao.

Farmacia de estilo Nazarí.


Interior de la farmacia    
Techo de la farmacia.

Lámpara    

Construyó una primera fábrica de  Licor del Polo, en Deusto aunque posteriormente, la trasladó a Logroño donde falleció  en 1913 a los 70 años. 
Dicen que fue desterrado de Bilbao por presentar pruebas falsas en un  juicio aunque yo no he encontrado  ninguna evidencia  que lo corrobore, es decir, el veredicto o alguna nota de prensa que hiciera mención al caso.
En ambas fábricas construía también viviendas para sus empleados con instalaciones de agua y luz (entonces, era algo innovador e inusual entre los trabajadores) y es que Salustiano, como buen liberal y honesto republicano, se preocupaba por el bienestar y la higiene de sus asalariados. Exijía que su plantilla fuese limpia y aseada, con las uñas impolutas. Antes se perdonaba una falta de asistencia que ausencia de higiene.
Fabrica y Chalet en Logroño.

En Logroño (Carretera Soria), levantó también un chalet personal delante de la fábrica que fue donde pasó sus últimos años. 

Como anécdota se puede contar que días antes de su muerte, recibió al sacerdote con una escopeta, tampoco dejo entrar a sus hijas al chalet donde vivía. Fue enterrado en el cementerio civil de Logroño (no quería saber nada del cementerio católico) boca abajo porque no quería ver el cielo y una banda de música lo acompañó tocando el himno de Riego. Cubría el féretro una bandera republicana. Su testamento comienza con una frase en donde se declara totalmente descreído, ateo: No creo en Dios ni en el Licor del Polo.

A su muerte fue recuperado por sus hijos legítimos, aquellos a los que había apartado en su testamento. Ignoro que estrategias utizaron para poder revocar su última voluntad legalmente aunque sí sé que tuvieron que formar otra sociedad llamada hijos de Orive. Ocuparón el chalet hasta 1958.

Una de las incógnitas que más llama mi atención es  todo lo relacionado con Miguel Salustiano Sotero Orive y Oteo, hijo natural de Salustiano y Nicolasa Landaluce (su cocinera), como declara en el testamento, sin embargo yo tengo otra opinión que ya os comentaré mas adelante, si alguno tiene interés y me lo pregunta en el post del blog. 

Debió ser en la república o quiza antes cuando el niño que era un chico guapo, rubio y de ojos azules, se convirtió en un apuesto joven que después de la guerra, no paraba de mendigar comida en casa de la encargada. Eso, me lo contó mi tía abuela, hermana de mi abuelo, en una entrevista que le hice hace años, cuando aún vivía. Ella lo conocía personalmente, y me contó como su marido, entonces gerente de la fábrica Licor del Polo, le ofreció dinero para que desapareciera y no volviera nunca más. Fue una especie de soborno. Ese apunte no lo he leído en ninguna fuente, pues no se conoce nada sobre el tema, aunque yo no he podido averiguar su paradero o tener noticias de él. Durante muchos años en mi familia se conocía la existencia del "menor", como lo llamaba la familia legítima, quizá despectivamente.

Cuando llegarón mis abuelos a Logroño, en 1932, ocuparón el chalet de Salustiano pero poco después se trasladaron a una vivienda para trabajadoresde la fábrica. Allá vivió mi madre y su numerosa familia, pues su padre (mi abuelo) era quien dirigía los laboratorios de la fábrica, ya que era farmacéutico y además hijo mayor de Dolores Orive, nieto de Salustiano.

No lo conocí porque murió cuando mi madre contaba con 6 años) pero no le gustaba hacer ostentación de ser "el hijo de"... Se vio obligado a aceptar ese trabajo debido a dificultades con la farmacia que regentaba en Vizcaya durante la república. 

No creo que él tuviera una buena opinión sobre su abuelo, pues las circunstancias que le tocaron vivir fueron muy diferentes. Fue testigo de el interminable juicio en el que se embarcó su familia por querer revocar el testamento de su abuelo, Salustiano. Él no quería verse mezclado en todo aquello. 

Actualmente, tanto el chalet como la fábrica se conservan aunque en un lamentable estado. La estructura interior está totalmente deteriorada. Se localiza en la carretera de Soria,  junto a modernas urbanizaciones de la capital riojana. Es patrimonio histórico de Logroño.



Su singular forma de ser, de ver el mundo y de enfrentarse con las costumbres que la sociedad imponía en su  época, hacen que me enorgullezca de él y lo rescate del olvido.  






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